134 - KAZUO ISHIGURO - Un artista del mundo flotante

Sinopsis: La Segunda Guerra Mundial ha terminado y Japón comienza a levantarse de entre sus cenizas. 

En los meses que van desde octubre de 1948 a junio de 1950, el tiempo que media entre el comienzo de las negociaciones para casar a una hija y el matrimonio, Ono, un anciano pintor, recuerda su vida y reflexiona sobre su carrera artística, en un intento por comprender una realidad cada día más ajena. «No sé de ningún colega que pintara su autorretrato con absoluta honestidad», declara Ono, y la pintura que va trazando de sí mismo y de su época es una versión susceptible de múltiples y contradictorias interpretaciones, una trama compleja de instantes perfectos y decisiones erróneas, de heroísmos y traiciones. 

Los triunfos del pasado de Ono quizá son ahora, como insinúan sus hijas, que esconden sus cuadros aquello de lo que debería avergonzarse. Ono eligió abandonar las tradiciones pictóricas de sus maestros, los pintores del mundo flotante de los barrios de placer, donde las cosas más bellas se construyen en la noche y se desvanecen en la mañana, para dedicarse a loar un presente más heroico y menos fugaz. Y ahora, el imperio militar que pintó no es más que otro mundo flotante, desvanecido para siempre en la mañana del Japón «democrático» de la posguerra...

Opinión: No conozco mucho el mundo japonés y me ha llamado mucho la atención lo del mundo flotante. 

El mundo flotante, como su nombre indica, pasa de ser el mundo de la noche más bohemia (flotante), a un mundo cuasi real más productivo y con un futuro marcado por el trabajo duro y organizado, pero que se puede considerar también flotante.

La vida da muchas vueltas y lo que ahora defendemos con gran ímpetu y vigor puede que mañana sea oscuro e incluso humillante hasta pensarlo. Esto es lo que le ocurre a nuestro pintor y a su vida como activista gráfico en un Japón pre guerra mundial. Su pos guerra es vergonzante y hasta su familia teme un desenlace "honorable" al estilo nipón.

Al principio la novela me ha parecido un poco delirante y perdida en descripciones intercaladas dentro de otras descripciones de sucesos, familiares o vivenciales. Sin embargo, y conforme iba leyendo se apoderaba de mí una especie de neblina tranquilizadora y pausada que llegaba al sosiego total y la calma que es difícil encontrar en algunas novelas.

Es una novela suave, sin estridencias, de tiempo calmado y experiencias nostálgicas y perdonables, con insinuaciones y giros indirectos que el autor, nobel 2017, nos hace llegar en un estilo bien estructurado y fácil de leer, teniendo como eje conductor el antes y el después de una guerra que cambió una nación.

Realmente la historia es lo de menos, el mundo flotante, en todos los sentidos, es lo de más.

Me ha sorprendido gratamente.

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